De la Antigua Forma de Pensar, 

a la Nueva Forma de Pensar

Margarete van den Brink

Los seres humanos nos encontramos en un punto de inflexión en nuestra evolución. Un mundo antiguo está llegando a su fin. Uno nuevo está naciendo.

Herman Wijffels

Herman Wijffels, una figura relevante en Holanda, apunta con cierta regularidad a esta transición desde el mundo antiguo al nuevo. Wijffels, quien, una vez, fue Presidente del Consejo Socio-Económico Holandés, y miembro del Banco Mundial en Washington D.C., ahora es profesor de Sostenibilidad y Cambio Social, en la Universidad de Utrecht.

Al igual que Jiddu Krishnamurti, Rudolf Steiner, Ervin Lászlo, Fritjof Capra, y otros, sigue reiterando que se requiere una nueva forma de pensar para combatir los problemas sociológicos, ecológicos, financieros y económicos mundiales.

klik om te vergrotenFritjof Capra

Wijffels se refiere a este pensamiento antiguo, como pensamiento industrial “de vía estrecha”, cartesiano, newtoniano y darwiniano, que ha seguido su curso. En otra parte, y en un estilo similar, habla de una racionalidad compartimentada, egocéntrica. Esta forma de pensar, dice, si bien trae beneficios, también ha creado muchas consecuencias negativas.

Análisis Racional

¿Qué quieren decir personas como Wijffels, pero también científicos como Fritjof Capra, cuando dicen que el pensamiento cartesiano, newtoniano, ha seguido su curso?

Para responder a esta cuestión, necesitamos volver a los siglos XVII y XVIII, a la época de Descartes (1596-1650) y Newton (1643-1727). Descartes y Newton son los representantes de una forma de pensamiento que se desvió por completo de la forma de pensamiento de la Edad Media. Mientras que el pensamiento de la Edad Media todavía estaba determinado por los sentimientos y la intuición, René Descartes en el siglo XVII introdujo el análisis racional en la ciencia. Para él, no era la intuición, sino el pensamiento analítico el único método fiable para adquirir conocimientos.

El pensamiento analítico divide un sistema, o un problema, en partes más pequeñas (compartimentos), estudia estas partes por separado y las une de nuevo, de tal manera que forman un conjunto lógico. Así es como uno intenta comprender. En otras palabras: en lugar de empezar por, o incluir, el conjunto y entender el problema desde su posición dentro de este conjunto, comienza por las partes, por las piezas separadas. Esta forma de aproximarse, es característica de la ciencia actual.

En la ciencia médica, por ejemplo, el cuerpo humano se divide en áreas de pericia: cardiología, oftalmología, cirugía general, etc. Conectadas a estas subdivisiones, hay especialistas, que se acercan y tratan a los pacientes a partir de su propia perspectiva de experto, pero que, demasiado a menudo, pueden no poner todo esto en el contexto del conjunto del cuerpo físico (y de este modo, rara vez cooperan unos con otros). En términos de Wijffels y otros, esto trae consigo algo así como una forma de pensar y trabajar, “atómica”, “compartimentada”.

Descartes y el Intelectualismo Materialista

Por lo general, se considera a Descartes como el fundador mundial del racionalismo. Hasta el día de hoy, este racionalismo, también denominado intelectualismo materialista, determina el método pensante en la ciencia. Desde ahí, ha ganado una fuerte influencia en la forma de pensar general de la sociedad. Se la denomina materialista, precisamente porque apunta a la realidad físico-material, como la única realidad. Ni el cielo, ni el mundo espiritual, existen para el racionalismo. Eso es pura fantasía, o simplemente una cuestión religiosa, o de creencias, un remanente de un tiempo muy antiguo.

El pensamiento analítico, ha ganado una influencia tremenda sobre nuestra alma y sobre la experiencia de nuestro ser como persona. Esto ha ocurrido debido a que el pensamiento racional, de manera típica, se separa a sí mismo del alma, en particular, de su conexión con los sentimientos. Al final, esto ha conducido al hombre moderno a perder el sentido natural de conexión con el mundo que le rodea: el medio ambiente, la Tierra, el Cosmos y lo divino. En lugar de sentirse uno con Dios, las demás personas, la naturaleza y todo lo que vive, como era natural en la Edad Media y antes, hoy en día, las personas se colocan en posiciones opuestas al mundo que les rodea y ya no sienten, de manera automática, la conexión con “los otros”, o con el medio ambiente.

Pensamiento Analítico Racional y la Consciencia-del-Yo

Otra área donde el desarrollo del pensamiento analítico, racional, ha tenido gran influencia, es el área de la Consciencia-del-Yo, o Auto-Consciencia. Como René Descartes mencionó en su famosa frase “Cogito ergo sum: Pienso, luego existo”, la consciencia del Yo de los seres humanos, está íntimamente conectada con el pensamiento racional. Por medio de mi pensamiento racional, experimento que existo. En mi pensamiento cognitivo, me experimento a mí mismo como un “Yo”, una persona independiente, separada de los demás.

La fuerza de mi “Yo” y mi pensamiento racional, me ayudan a poner orden en mi alma, y entender el mundo, dentro y fuera de mí. Por lo tanto, el pensamiento racional es una adquisición muy importante. Es importante reconocerlo.

El Egocentrismo

Sin embargo, el “Yo” que experimento por medio del pensamiento racional, no es mi “verdadero ser”, mi “ser espiritual”, sino mi “Yo inferior”, mi “ego-Yo”. Esto es debido a que está unido a mi cuerpo físico y, de este modo, al mundo de la materia.

Una cualidad importante de este “ego-Yo”, es que da vueltas completamente alrededor de sí mismo, y por lo tanto, está completamente enfocado en sí mismo. En otras palabras: encierra a la gente en sí misma. Es “ego-céntrico”.

Esto quiere decir que el “ego-Yo”, siempre nos pone en el centro. Por esto, nosotros, los seres humanos, tendemos a usarlo todo en conexión con nosotros: “Quiero tener”. Y siempre quiero tener más, porque el “ego-Yo” obtiene su poder y su valor de la cantidad de cosas que posee. Este poner el entorno al servicio de uno mismo, implica disposición mental por la cual, el mundo, la naturaleza, los recursos naturales, etc., están ahí para mí, y puedo tomar de ellos tanto como me apetezca.

En las relaciones con otras personas, el “ego-Yo” piensa, principalmente, en términos de separación, situándose a sí mismo, de manera figurativa, en contraposición a los otros, aunque con un enfoque, de nuevo, sobre sí mismo. Este posicionamiento predispone al “ego-Yo” a la competición, a la rivalidad y al conflicto: “Yo contra Ti”, “Yo antes que el otro”, “Yo soy/necesito ser mejor, o más hermoso que el otro”, o “Quiero ganar”, “Te venceré”, etc.

Todos estos factores juntos: el enfoque abrumador sobre la razón, la desconexión del sentir, la explotación de la naturaleza, la tendencia a aumentar las posesiones o beneficios de uno, la competición constante y el conflicto con otras personas, etc., han llevado a la crisis ecológica, financiera y económica, que experimentamos hoy.

O, como dijo Fritjof Capra en su libro El Punto de Inflexión, nos han llevado hacia tecnologías, instituciones y estilos de vida, que son profundamente insanos y destructivos.
El aumento de la polución química, la amenaza de la radiación, el agotamiento de los recursos naturales y demás, son los signos claros de un sistema económico que está obsesionado con el crecimiento y la expansión, con consecuencias desastrosas para el planeta, y para la vida sobre la Tierra.

La Crisis Financiera

Herman Wijffels se hizo eco de esta forma de pensamiento, y apuntó a que este comportamiento tan atómico, egocéntrico y racional, no sólo destruye la naturaleza, la biodiversidad y los ecosistemas, sino que también ha causado la crisis financiera. Dice que, en esencia, estamos tratando con un problema cultural: una combinación de antropocentrismo (el hombre y sus necesidades son el centro), darwinismo social (el hombre, en su batalla por la existencia, sólo busca su propio beneficio) y una visión de túnel que nos lleva a coger lo que puedas.

Esto sucede debido a que nuestro sistema económico tiene sus bases en este racionalismo compartimentalizado, egocéntrico, que sólo busca su propio beneficio, su propio provecho. Como resultado, se presta poca atención a las consecuencias que este comportamiento tiene en el bienestar de las plantas, de los animales, de las personas, efectivamente, de toda la vida sobre la Tierra. Simplemente, reflexionemos sobre lo que la manipulación genética hace a la esencia de las plantas (y, por lo tanto, a la de las personas) y lo que la ganadería industrial de vacas y pollos hace a los animales. Se ve a los animales como máquinas vivientes que producen leche, carne y huevos. Cuanto mayor sea la producción, mayor es el beneficio.

Una Nueva Forma de Pensar

¿Qué otra forma de pensamiento se necesita? De acuerdo con Wijffels, se debe reconsiderar la forma de pensar cartesiana. En referencia a Albert Einstein, dijo: los problemas no se pueden resolver con el mismo nivel de pensamiento que los creó. Fritjof Capra y otros, también creen que los problemas de este tiempo no se pueden resolver “dentro de la infraestructura actual fragmentada y reduccionista de nuestras disciplinas académicas e instituciones sociales”.

Sin embargo, Capra también señala hacia las esperanzadoras señales que demuestran que, en las últimas décadas, están teniendo lugar cambios fundamentales en la ciencia y en la sociedad. La visión global mecánica, materialista, prevalente de Descartes y Newton, que ve al Cosmos, a la Naturaleza y también a las personas como máquinas, se están cambiando, de un modo muy gradual, por una perspectiva en la cual nos encontramos que la Tierra es un organismo vivo, un sistema auto-regulado que posee inteligencia y consciencia, igual que las plantas, los árboles, los animales y los seres humanos.

Esta nueva visión nos muestra que, todas y cada una de las células del cuerpo humano – y hay muchos billones – “sabe” que está conectada a un todo, y “conoce” su tarea, dentro de un todo mayor. Esto se aplica también a órganos como el cerebro, el corazón, el sistema inmunitario, etc. ¡Todo, en el cuerpo humano, está permeado de consciencia, sabiduría y conectividad! En otras palabras: de espíritu.

El mundo material parece ser un sistema, una red, con patrones de interconexión y relaciones inteligentes. Los cambios en uno de ellos, tienen un efecto directo, y consecuencias, sobre los demás. Esto quiere decir que, cuando las partes de un todo se separan y posteriormente se re-ensamblan de modo distinto, sin el conocimiento adecuado (por ejemplo, en la manipulación genética), las bases del conjunto el sistema, el todo, se ve afectado, incluyendo la consciencia reguladora que vive en su interior y que mantiene el sentido de todo. Esta es la manera en la cual se deteriora el medio ambiente natural de la Tierra, las plantas, los animales, las personas y su interconexión. Y con ellos, la vida misma.

Mejorando la Calidad de las Relaciones y las Conexiones

Para Wijffels, la nueva forma de pensar, o la nueva consciencia, quiere decir: dar un paso hacia una cualidad superior en las relaciones y las conexiones; las relaciones entre las personas, entre las personas y la Tierra, y entre las personas y otras formas de vida. Esto sólo se puede conseguir, dice, si desarrollamos la empatía y la compasión, y nos volvemos conscientes de las consecuencias que tienen nuestros actos en el entorno.

A su vez, cualidades tales como la empatía y la compasión, sólo se pueden desarrollar si, nosotros, los seres humanos nos conectamos con nuestros propios sentimientos. Porque sólo usando nuestros propios sentimientos podemos empatizar con nuestro entorno, con otras personas, con otras formas de vida, y conmovernos y entender verdaderamente, la esencia de “los otros”. Sólo entonces, llegaremos al núcleo que abre la puerta a una conexión y un entendimiento más profundos.

Integrando el Pensamiento Racional y los Sentimientos

Sin embargo, desarrollar los sentimientos de uno, no significa dejar de pensar. Necesitamos nuestro pensar para volvernos conscientes de las percepciones que recibimos cuando utilizamos nuestros sentimientos. Debemos atrapar nuestros sentimientos con nuestros pensamientos, para ser capaces de verbalizarlos.

Todo esto trata de integrar nuestra razón, nuestra inteligencia, nuestros sentimientos y nuestra intuición. No ocurre por sí solo. Es un trabajo duro y tiene que ver con nuestro desarrollo personal. Sin embargo, si tenemos éxito, llevaremos nuestro desarrollo personal a un nivel superior. Esto es debido a que aprenderemos a no actuar más con nuestro propio “ego-Yo”, sino con nuestro “Yo” superior, nuestro yo espiritual.

Esto permite una actitud completamente distinta: ya no solo tomamos, sino que aprendemos a dar, y de este modo, servimos a un todo mayor: el futuro de la Tierra, la evolución de la humanidad, etc.

Si un grupo grande de personas, la asume, esta nueva actitud transformará esta nueva actitud transformará paulatinamente nuestra cultura, hacia un nivel superior. Porque entonces daremos un paso en alejarnos del antropocentrismo, hacia una conexión con todas las formas de vida. Desde el conflicto y la lucha a la cooperación, y desde la visión de túnel, hacia una visión inclusiva e integrada, que es consciente de las partes, del mismo modo que lo es del gran todo.

El Nivel Superior de la Consciencia Individual

Wijffels tiene esperanzas acerca del creciente número de personas en el mundo, a las que llama “los creativos culturales”. Los creativos culturales son personas que, aparte de su pensamiento, están en contacto con sus sentimientos, piensan en qué es lo que creen, toman decisiones conscientes, conocen cuáles son sus valores, y tratan con responsabilidad a otras personas y a la naturaleza.

Sus valores característicos son: sencillez, sostenibilidad, espiritualidad y consciencia social.

Este nivel superior de consciencia individual que viene del ser espiritual superior, es, para Wijffels, la fuerza de apoyo que porta la transición desde el mundo antiguo al mundo nuevo, que tiene que ser sostenible, si nuestro planeta desea sobrevivir. En esto, nosotros, los humanos tanto individualmente como juntos, somos el factor que lo determina todo. Todo depende de la cuestión de si daremos los pasos en nuestro desarrollo personal, social y espiritual. Esto quiere decir que la tarea que encaramos en la actualidad, es en su esencia más profunda, de naturaleza espiritual – aparte de ser de naturaleza ecológica, financiera, económica y cultural.

La Renovación del Sistema Económico-Financiero

Donde quiera que sea posible, tanto en su trabajo como Profesor, como en sus conferencias por todo el mundo, Wijffels enfatiza la necesidad de la transición desde el Antiguo Pensamiento al Nuevo Pensamiento. Muestra los cambios que se requieren en las áreas de medio ambiente, la cooperación mundial entre la gente y los gobiernos, y la tan necesaria transformación rigurosa del sistema económico y financiero actual.

Wijffels es presidente adjunto de “Worldconnectors”. En 2012, junto con el Profesor Klaas van Egmond y Peter Blom, CEO de Triodos Bank (de orientación antroposófica), fundó el Sustainable Finance Lab. El Sustainable Finance Lab es un “think tank” de científicos de diferentes disciplinas, que desarrollan ideas que contribuyen a una renovación del sector financiero. Un sector financiero que ya no está inclinado sólo hacia los beneficios y la maximización de los mismos, sino que contribuye a una economía que sirve al desarrollo humano y al desarrollo evolutivo, sin agotar al medio ambiente.

Está claro: la nueva forma de pensar porta en sí misma el poder del futuro. Podemos estar agradecidos a que cada vez más personas estén haciendo suya este nuevo pensamiento.

 

naar boven